Una de las promesas más rimbombante del actual presidente Luís Abinader durante su campaña proselitista fue la de «mejorar la calidad de vida de los agendes policiales», basado en un muy merecido y justo reajuste salarial, que a voz del propio presidente Abinder, a la sazón candidato presidencial del PRM, sería de unos UD$ 500.00 mensuales.
Una parte importante de la sociedad compartió el augurio y es que, fue una de las más trascendentales promesas de campaña política alguna, y cabe reconocerlo, generó grandes expectativas no sólo en los familiares de los mal remunerados agentes del orden, sino también, en la sociedad en general, que cifró sus esperanza en que la materialización de esa promesa generaría a su vez la dismunución de ciertas «prácticas policiales», que en ocasiones denunciadas, recurren ciertos «hombres grises» para complementar su sustento familiar.
No fue hasta en días pasados que el presidente Luís Abinader se refirió al tema, al responder una pregunta sobre el particular, mientras era entrevistado en el hermano medio Diario Libre.
Alli el presidente afirmó: “Nosotros mantenemos la promesa de los 500 dólares y claro, con esta situación de crisis (por el COVID-19) lo vamos a hacer de manera gradual, pero hay que mejorar los sueldos y salarios de nuestros policías y también (hacer) una reforma en términos generales de las fuerzas armadas
Lo que nos ocupa es decirle a nuestros agendes, parte esencial de la seguridad ciudadana, que la promesa, según el presidente, no se ha «echado en el saco del olvido». El reajuste salarial va, pero más adelante, en un 2021 que promete no sólo reajustes, sino también grandes desafíos e interrogantes para el país y para el resto del mundo, pero parece que el reajuste va.
Así es que ¡A esperar!
