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PLD responde a discurso de rendición de cuentas de Luis Abinader

La organización cuestiona la indiferencia del gobierno con los sectores más vulnerales del país

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fijó posición oficial este domingo al discurso de Rendición de Cuentas pronunciado este domingo por el presidente de la República, Luis Abinader.

El principal partido de oposición, lanzó duras críticas a la gestión del Gobierno que encabeza Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), acusándolo de “abandonar a los pobres a su suerte y beneficiar a unos pocos amigos”.

Así mismo, a través de un documento leído por el exministro de Economía, Juan Ariel Jiménez, en compañía de otros altos dirigentes, el partido morado expresó que mientras el presidente dijo en su discurso que el 90% de las obras prometidas el año pasado se están ejecutando, la realidad es que sólo han iniciado alrededor de un 40%.

A continuación el discurso íntegro de ocho páginas, dado a conocer en la puerta de la Casa Nacional Reinaldo Pared Pérez:

En esta fecha solemne, conmemoramos con patriotismo el día de la independencia, y al mismo tiempo atendemos respetuosamente la rendición de cuentas del presidente.

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En primer lugar, queremos resaltar que el PLD, como líder de la oposición, está y estará siempre del lado de los intereses de la gente y a favor de todas las medidas que lleve a cabo este gobierno en pro del bien común.

Sin embargo, hoy la gente estaba esperando del Presidente una respuesta empática, clara y directa sobre los problemas más graves del día a día.

Esperábamos respuestas a preguntas que todos nos hacemos:

¿Qué harán con respecto al alza descontrolada de los precios de la canasta básica y al aumento imparable de los combustibles?

¿Qué harán con el alza constante de la inseguridad, con la falta de empleo y oportunidades, con los bajos salarios?

¿En qué forma van a aliviar el peso que cargan las familias para pagar su vivienda, para darle educación a sus hijos o para garantizar la salud?

En su rendición de cuentas se espera que el Presidente le hable al país entero, sin embargo, hoy hubo millones de personas a las que Abinader, no les habló.

El presidente no habló para el 46% de los hogares de este país, que están compuestos por madres solteras, el colectivo que más sufre con el deterioro de las escuelas públicas, de las estancias infantiles y, por supuesto, con la subida de precios y la reducción drástica de las ayudas sociales.

El presidente tampoco le habló a la clase media, que paga alquileres más caros, combustibles más caros y servicios más caros.

En ningún momento mencionó a nuestros adultos mayores ni a las personas con discapacidad.

Tampoco le habló a los jóvenes, que son los que más empleos formales han perdido, ni a los productores del campo, que han vivido un año de pesadilla porque el gobierno les ha quitado las maquinarias y equipos de las visitas sorpresas, y por el aumento de las importaciones y de los precios de los insumos agropecuarios.

El presidente no le habló a los micro y pequeños empresarios que luchan diariamente por salir adelante.

Y decimos que no les habló porque, según escuchamos, parecería que el Presidente no se ha dado cuenta de cómo ha empeorado su situación en los últimos 18 meses.

Sin embargo, para todos esos sectores y para muchos otros que estuvieron ausentes del discurso de Abinader, el PLD sí tiene un mensaje de esperanza y de futuro.

Desde el PLD queremos hacer una política responsable, constructiva, basada en propuestas y soluciones.

Pero para eso, en primer lugar, el pueblo dominicano merece conocer la verdad de lo que está ocurriendo en el país, y merece un informe que sí se identifique con su realidad, con lo que viven día a día.

Comencemos hablando de lo que todo el mundo habla, de lo que de verdad importa: la subida de los precios.

El Presidente Abinader prometió en campaña “que a su llegada al gobierno los precios de la canasta básica se reducirían un 30%”
Por el contrario, desde su llegada, el precio de la canasta básica ha pasado de 36,083 a 40,547 pesos. Es decir, el arroz está más caro, las habichuelas están más caras, la carne está más cara, hasta el café del desayuno está más caro.

Pero no solo la comida ha subido, también las medicinas, los combustibles, los materiales de construcción… Todo anda por las nubes.

Ante esta realidad, la respuesta del gobierno ha sido, sencillamente, justificarse con la situación internacional y dejar que la gente cargue con las consecuencias. Y, aunque como partido responsable reconocemos el difícil panorama internacional, lo que no podemos aceptar es que la República Dominicana sea el 4to país de América Latina con mayor aumento de precios, solo superado por Venezuela, Argentina y Brasil. El pueblo merece saber la verdad que 7 de cada 10 países en el mundo tuvieron menor inflación que la República Dominicana.

Tenemos que preguntarnos ¿Qué ha hecho el gobierno para ayudar a las familias dominicanas en el peor momento?

Analicemos los hechos.

En primer lugar, en el peor momento, el gobierno eliminó todos los programas sociales destinados a amortiguar los efectos de la crisis. No podemos olvidar, como parece haberlo hecho el presidente, que el 2021 fue el año en que se retiraron los programas Fase l, Fase ll, Pa’ Ti y Quédate en casa, que el PLD estableció para ayudar a las familias a salir adelante. Con la eliminación a destiempo de estos programas, la familia dominicana perdió en promedio 3,400 pesos mensuales, mientras los precios iban aumentando.

También el 2021 fue el año en que empezaron a eliminar subsidios como el de la electricidad, y han amenazado también con eliminar el subsidio a los combustibles, que siguen subiendo semanalmente, a pesar del compromiso hecho hace un año de someter la modificación de la ley de hidrocarburos, para cambiar la famosa fórmula y con eso evitar el aumento en los precios.

Por si fuera poco, en medio del descontrol de los precios y de los rebrotes de la pandemia, eliminaron las pruebas PCR gratuitas en los laboratorios, dejando al dominicano solo en la lucha contra el COVID. Al mismo tiempo, paradójicamente, le ofrecían cobertura de salud a los turistas.

Es decir, abandonaron a las familias dominicanas, aún cuando había y hay mucho dinero en las arcas del Estado.

Nos llama la atención que en la rendición de cuentas no se explicó en qué han usado los 8,522 millones de dólares que tomaron en préstamos el año pasado, ni los más de 3 mil millones que ya han tomado este año.

Se justifican con la pandemia, pero sus propios números muestran que apenas 1,810 millones de dólares se usaron en programas de ayuda social y 536 millones en recursos de salud para el COVID.

Nos preguntamos entonces: ¿ha mejorado la salud con todo este endeudamiento?

La respuesta es no. Sofo el año pasado la mortalidad materna ha aumentado un 23.7% en 2021 comparado con el año anterior, mientras que la mortalidad infantil ha aumentado 20.6%. Y lamentablemente este año la mortalidad materna e infantil sigue en aumento.

También empeoraron las cifras de otras enfermedades como el tétanos y la leptospirosis, ambas en torno a un 37% más altas y se produjo un preocupante brote de difteria. Recordemos que todas estas son enfermedades que afectan principalmente a los niños y niñas de menos recursos.

Y qué decir de los pacientes de alto costo, que han sido abandonados por el gobierno y no pueden recibir cada día el tratamiento que les salva la vida.

Nos preguntamos: ¿ha mejorado la seguridad ciudadana con todo este endeudamiento?

La respuesta es no. El número de homicidios entre enero y septiembre 2021 aumentó un 19% en comparación con el año anterior.

Los robos y asaltos siguen creciendo.

El número de feminicidios y de casos de violencia doméstica también se ha disparado. El servicio de atención a emergencias 911 se ha deteriorado y también el de asistencia vial.

El presidente Abinader lo sabe, por eso solo se atrevió a dar cifras de un municipio y a hablar de “percepciones”, y no de estadísticas de país.

Mirando los resultados de 2021, nos preguntamos: ¿ha mejorado la educación con todo este endeudamiento?
La respuesta es no.

Mantuvieron las aulas cerradas, los estudiantes sin acceso a la educación y sin alimentación escolar adecuada y a las madres solteras sin opciones de dónde dejar sus hijos mientras trabajan. Pero claro, era más importante tener los bares y discotecas abiertos, que tener a los estudiantes aprendiendo en las aulas.

Los estudiantes de escasos recursos tuvieron que buscar la forma de seguir las clases por radio o televisión, claramente inefectiva, lo que llevó a una deserción escolar sin precedentes. Es decir, más niños y niñas en la calle.

Hablemos también del escándalo del INABIE, que ha hecho de la alimentación de los niños del país una piñata para el PRM.

Este gobierno, el gobierno de Luis Abinader, tiene el triste honor de haber visto interrumpida por primera vez la alimentación de los estudiantes durante varios días este año, y en algunos casos todavía no llegan por eliminar el programa de alimentación escolar fronterizo y rural. Algo que no había ocurrido nunca desde que se implementó la tanda extendida, ni siquiera en los peores momentos de la pandemia.

Como podemos ver, en la rendición de cuentas de 2021 hay muy poco que exhibir, solo retrocesos en el costo de vida, en salud, en educación, en seguridad ciudadana, en vivienda, en transporte. De hecho, en las consultas a la población, por primera vez en muchos años, volvió a aparecer la palabra HAMBRE.

Ante esta situación, uno no puede dejar de preguntarse ¿Se mantendrá el gobierno echándole la culpa a otros y dejando a la población sola enfrentando los problemas?

Por supuesto, en su discurso al Congreso y al país, hoy el Presidente Abinader hizo un rosario de promesas. Escuchándole parecería a veces que sigue en campaña, ajeno a la realidad de que ya es Presidente y su obligación es rendir cuentas.

Pero, además, cabe preguntarse, ¿Cómo podemos creer en su palabra y en sus compromisos para los próximos años, si aún no ha cumplido con la mayoría de los que hizo el año pasado?

¿Cómo podemos confiar en que hará lo que dice, si hemos visto una y otra vez cómo da marcha atrás a sus decisiones y cómo sus planes se quedan en papel?

¿Cómo creer en un presidente que dice haber cumplido el 90 por ciento de sus promesas y que, sólo en ejecución de obras, tiene más del 64% de lo que prometió el año pasado sin comenzar? Un presidente que no ha sometido ninguna de las leyes que prometió al congreso ni tampoco ha puesto en marcha las reformas estructurales de las que habla?

Recordemos sólo algunas promesas del discurso pasado que no han ocurrido.

El 27 de febrero del año pasado anunció que construiría 45,000 viviendas y que en un solo año, 2021, estaría, cito: “construyendo más del 10% de todo lo que se ha construido en casi 60 años, y más de lo que se ha construido de manera acumulada en los últimos 13 años”.

¿Dónde están esas viviendas? ¿Cuántas se han entregado a un año de esa promesa? Hasta el momento, menos del 5%. Hace poco la prensa señalaba que se han entregado 95 viviendas y, por si fuera poco, se han detenido proyectos emblemáticos como Ciudad Juan Bosch.

En su primer discurso del 27 de febrero, el presidente prometió que sometería al Congreso de la República, un anteproyecto de ley orgánica integra/ para combatir la violencia de género.

Han pasado doce meses desde entonces y esa ley no ha pasado por las cámaras legislativas.

Mientras tanto, los casos de feminicidio han aumentado de manera alarmante, pasando de 39 casos en enero-septiembre 2020 a 62 en enero-septiembre 2021.

El presidente también prometió una “reforma fiscal justa y equilibrada” pero, tras dar marcha atrás por falta de apoyo, se han tratado de pasar “bajo la mesa” nuevos impuestos, que gravan directamente a la sufrida clase media dominicana.

Primero intentaron poner impuesto al salario de navidad y a las compras por internet, luego intentaron enviar una reforma fiscal que ponía ITBIS hasta a los servicios funerarios. Y este mismo mes han tratado de poner impuestos a las plataformas digitales.

El presidente prometió 464 obras por valor de 70,000 millones de pesos en todo el territorio nacional. Pero lo cierto es que 7 de cada 10 obras que prometió, aún no se han comenzado. Oígase bien: 7 de cada 10, sin hacer!
Esto es tan cierto, que hoy lo escuchamos de nuevo prometer una larga lista de obras que ya había mencionado el año pasado. Tanto en infraestructuras como en la renovación del transporte, el presidente repitió párrafos enteros con lo que ya había dicho que haría hace un año!
Pero no termina aquí la lista de promesas sin cumplir. Lo mismo ocurrió con el salario mínimo de 500 dólares en la policía, con los programas de incentivos fiscales a empresas para que contraten jóvenes, con el ecosistema digital de Dominicana Valley en Puerto Plata y con los estudios de cine que hoy volvió a prometer, aunque ya estaba en su discurso del año pasado.

Como primer partido de oposición, no podemos dejar de lado que hoy día la familia dominicana vive uno de los momentos más difíciles, por el abandono de un gobierno que se ha olvidado de la clase media y de los más necesitados.

Esa es la realidad. Los han dejado solos. Y los han dejado solos porque ellos, este gobierno de ricos, no cree en lo público y no lo valoran. Un plan que quieren disfrazar de eficiencia, pero que no es otra cosa que privatizar lo público, hacer fideicomisos hasta para manejar la policía o alianzas público privadas hasta para manejar los precios. En resumen, abandonar a los más pobres a su suerte y beneficiar a unos pocos amigos.

A ellos no les importa si una madre se ahorraba antes 8.500 pesos al mes porque tenía a su hijo en una estancia infantil y ahora no sabe cómo llegar a fin de mes.

No están pensando en como una familia humilde el pasaje o la pastilla de la presión de la abuela, que sigue subiendo mes tras mes.

Ese es su proyecto. Ir arrebatándole poco a poco a la gente la esperanza, el futuro, las conquistas que con tanto esfuerzo fueron logrando, día tras día, año tras año.
Pero no lo van a lograr. Porque el pueblo dominicano no se lo va a permitir.

Señoras y señores,
Invitamos al Presidente y a su gobierno a hacer un ejercicio de sinceridad con el pueblo dominicano y a enderezar de una vez por todas su rumbo.

Es el momento de dejar de lado el populismo y las excusas.

Es el momento de invertir más en las familias, en su bienestar y no de seguir destinando cifras astronómicas a un aparato de mercadeo y publicidad, que nunca podrá sustituir a los resultados de una gestión eficiente.

Con la crisis en Ucrania y las consecuencias que esto pueda traer a la economía mundial y dominicana, ahora más que nunca, es el momento de trabajar unidos.

Por eso, le expresamos a la población nuestra disposición de colaborar con esta administración y con los distintos sectores de la sociedad en la búsqueda de soluciones y en el desarrollo de iniciativas que nos ayuden, como sociedad, a enfrentar los retos que tenemos por delante.

Como muestra de ello, en los próximos días nuestros legisladores estarán presentando una serie de resoluciones y anteproyectos de ley para sortear estas dificultades.

Asimismo, nuestras secretarías estarán realizando propuestas que se darán a conocer a la población, con el fin de ejercer una política centrada en la gente, como merece el pueblo dominicano.

Seremos una oposición responsable y propositiva, pero también firme y rigurosa, por el bien del país, por el bien de todos.

En definitiva, nos mantendremos siempre al lado del pueblo dominicano, defendiendo sus derechos y protegiendo sus conquistas.

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