Otro y van dos; que este no se quede en el camino como el del Ministerio de Salud
En lo que va de este novel gobierno, o sea, menos de dos meses, ya se han destapado dos presuntos casos de corrupción, el primero, la supuesta venta de nombramientos por parte del director de Recursos Humanos del Ministerio de Salud Pública, Miguel Mateo Familia, y el segundo, la supuesta y polemizada vinculación de la ministra de la Juventud, Kimberly Taveras en un entramado de negocios con el Estado, a través de empresas propias y de terceros de su entorno.
Una nebulosa recorrió todo el espectro gubernamental, político y social con el caso de la supuesta venta de nombramientos por parte del exdirector de RRHH de Salud Pública, al punto de concitar el interés de la directora general de Ética Gubernamental, Milagros Ortiz Bosch, quien llegó a declarar ante los medios que «ya tenían audios y documentos sobre el caso», en un lunes para el cual se prometió una rueda de prensa del ministro sobre el particular, que nunca se realizó. Y asi, este caso caía en un limbo que amenaza con ser olvidado, nadie dice nada, nadie pregunta, nadie atina a saber su curso.
Ahora, luego de un una entrevista-reportaje realizada por la periodista de investigación Nuria Piera, se expone el modo operanding de una «exitosa emprendedora» que, de acuerdo a lo expuesto allí, la revista Forbes debe estar ofertándole la portada de su próxima edición, se trata de nada más y nada menos que la más joven de los ministros de Luís Abinader, la ingeniera Kimberly Taveras, Ministra de la Juventud.
El caso ha caído como un balde de agua fría a los «vengadores de la justicia», esos que antes, como paladines de la honorabilidad, repudiaban la corrupción, pero que ahora, sus críticas brillan por su ausencia. Ha de ser de los sorprendidos que están o talvez, porque no? de la «incredulidad» que le genera la inmediatez de estos escándalos.
Pero el fin de estas líneas editoriales es alertar al lector a que velemos porque no nos dejen sin respuestas, que por favor, el tema sea dilusidado hasta el final, que pidamos que los aparatos investigativos y acusatorios (si fuese necesario) jueguen su papel, pero que LO JUEGUEN, por favor!
Estaremos atentos.