Opinión

La importancia del liderazgo en la transiciones históricas

Por: Luís Jiménez Burgos

Se ha establecido “Que la soledad es el Estado natural de los fuertes”.  Los seres humanos son gregarios en sus debilidades, es decir se agrupan para solucionar necesidades que se les dificultan resolver solos, de ahí el adagio axiomático de que “La Unión Hace la Fuerza”.

Esta unión elegirá quien entre ellos posee las condiciones para conducir al conjunto por el camino seguro hacia el oasis del porvenir, ese es el líder.

Este artículo está dirigido a los sectores fácticos de la República Dominicana, los cuales inciden de manera importante en la economía y sobre todo aquellos a los cuales la prosperidad o la vulnerabilidad de sus riquezas pende de las decisiones tomadas en la transición internacional con visión, experiencia, madurez e incidencia por el liderazgo político nacional.

Queremos dejar por sentada la importancia capital que juega la influencia del liderazgo en la actual coyuntura histórica internacional para la República Dominicana y para su prosperidad o atraso en los años venideros. Para hacerlo, debemos revisar la experiencia de avance en los últimos 20 años y el papel jugado por ese liderazgo en estos procesos. Si damos una mirada analítica a los momentos de transición histórica en nuestra sociedad y las cualidades que deben adornar al liderazgo que asume esos cambios, veremos la importancia que juega un líder para los respectivos pueblos.

En el Nuevo Orden Mundial que está en marcha, los países se están conformando en bloques, en virtud de una lógica natural y existencial, la cual obedece a diversos factores que pueden ser de indoles socioculturales, afinidades étnicas, económicas y sobre todo de interés geopolítico.

- Publicidad -

Si nos detenemos a analizar el momento actual, las consecuencias para la comunidad internacional que ha traído el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, veremos entre ellas, que lo fundamental está, en que trajo consigo el advenimiento de un Nuevo Orden Mundial Multipolar, que relegó la política doméstica y las decisiones importantes de las naciones a la esfera internacional. Todos los planes y proyectos internos de los países penden hoy, más que nunca, de la situación global y de las vinculaciones y posicionamientos que estos tengan en los bloques existentes. Ésta es la era de la geopolítica.

De lo dicho anteriormente se desprende que lo más importante para un país es su capacidad de vincularse a bloques de países, regionales y multilaterales, para poder competir agrupados en los mercados y disminuir así las debilidades que amenazan su desarrollo.  Por ello, en los momentos de cambios trascendentales los países deben ser gobernados por Estadistas visionarios que puedan enfrentar con éxito los retos de esos cambios.

Entre varios casos podemos citar algunos ejemplos de gobernantes y líderes con estirpe de verdaderos Estadista, entre ellos tenemos a la Canciller Ángela Merkel en Alemania, cuyo liderazgo interpretó con inteligencia la transición de la Guerra Fría al Mundo Unipolar Occidental y convirtió a una Alemania rezagada en la locomotora de Europa; también podemos citar el caso del presidente Luiz Inácio Lula da Silva que en medio del Neoliberalismo y la Globalización desarrolló a Brasil y sacó a treinta millones de brasileños de la pobreza.

En lo que concierne a la República Dominicana podríamos citar entre varios un ejemplo que ilustra nuestro análisis, el caso del presidente Leonel Fernández, el cual debemos examinar con detenimiento, ya que es un ejemplo reciente que ilustra con claridad el fundamento de este análisis, debido a la importancia que reviste el liderazgo en los momentos de cambios o transición histórica. El Dr. Leonel Fernández asumió al poder en el período 1996-2000, en un contexto de transición mundial bajo los efectos de la de implosión de la Unión Soviética, la caída del muro de Berlín y el consecuente fortalecimiento del poder hegemónico occidental, que trajo como apogeo el Neoliberalismo y la revolución cientifico-tecnologica que acompañó la

globalización económica, todo lo cual planteaba un ajedrez en el tablero mundial de excepcional complejidad que muy pocos jefes de estados pudieron interpretar exitosamente.

El presidente Leonel Fernández tuvo la sagacidad de auscultar con certidumbre la transición en la que estaba el mundo y elaboró una estrategia inteligente para aprovecha ese complejo fenómeno, en un contexto en que la situación era aún más difícil para una nación como la nuestra aislada, subdesarrollada, sin vínculos internacionales y con un diagnóstico norteameamericano de “Estado Fallido”.

 El Dr. Leonel Fernández definió el fenómeno de globalización como una ola, la cual en vez de enfrentarse había que solfear y planteó que sólo aquellos que pudieran ascender a su cresta saldrían airosos. Para ello elaboró una estrategia usando como eje transversal lo que él mejor conocía, el derecho internacional y la política exterior, por lo que procedió a remodelar la cancillería y las oficinas de embajadas y misiones del servicio exterior dominicano e instauró un programa de promoción internacional del país encabezándolo el mismo. Luego de esto, inició un periplo de visitas oficiales que abarcó las principales naciones de Europa, Asia, Estados Unidos, Sur y Centroamérica, trayendo al país convenciones de los diversos bloques y organismos de incidencia geopolíticas y económicas del mundo.

Esa inserción develó el país a la comunidad internacional, dando a conocer las bondades dominicanas al mundo y las bondades del mundo al dominicano. En estos viajes se concretaron acuerdos y convenios con diversos países y organismos, que cambiaron radicalmente la sociedad dominicana rezagada de entonces, por la pujante nación que tenemos hoy.  Dentro de estos acuerdos podemos citar algunos, por el ejemplo el “Acuerdo de Cielos Abiertos” que trajo al país diversas facilidades, entre ellas la conexión directa por la vía aérea con otros destinos que no tenía antes. Por ejemplo: para viajar a Sur América y a muchos países de Europa teníamos que hacerlo vía Miami porque no existían vuelos directos.

También se acordaron los Convenios de Libre Comercio de Mercancías Sur y Centro América en su conjunto, así como Acuerdos Bilaterales con cada uno de los países del Ismo Centroamericano, los cuales permitieron el acceso a los productores dominicanos a un mercado de consumidores de cientos de millones de habitantes, lo que dinamizó exponencialmente el comercio de productos criollos. Además, se concertaron Acuerdos de Promoción de Inversiones, de Incorporación al Desarrollo Sostenible, al Sistema de Salud, de Turismo y de Gobernadores de Bancos Centrales del Ismo Centroaméricano. Para puntualizar debemos señalar que a instancia del gobierno del Presidente Leonel Fernández se realizó en República Dominicana la Cumbre de Jefes de Estados y de Gobiernos de Países (ACP-África, Caribe y Pacifico–Miembros del Convenio de Lomé IV) con la asistencia de mandatarios y ministros de 72 Estados ACP incluyendo a Cuba y 4 naciones del Pacífico.

Debemos señalar que la mención resumida de estos acuerdos, la hacemos porque ellos fueron el marco de la reingeniería para cambiar el andamiaje jurídico y administrativo obsoleto del estado y la sociedad dominicana de entonces, para construir la que hoy tenemos. Ahora estamos a la puerta de un Nuevo Orden Mundial que nos presentará retos aún más complejos y difíciles para el cual necesitamos de un líder con excepcional estirpe de Estadista, dotado de visión previsiva, tacto y experiencia y sobre todo de arraigado liderazgo en la comunidad internacional, para insertar el país con certidumbre en los nuevos mecanismos de decisión que aseguren nuestro porvenir como nación.

El autor es Jurista, Analista Internacional

Alto Dirigente de la Fuerza del Pueblo

 

Etiquetas

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba
Cerrar
Cerrar