Opinión

IX Congreso PLD: ¡renovación!

Por: Francisco S. Crúz

Por años la excusa o subterfugio de la cúpula del PLD -llámese Comité Político- fue que al estar, en pleno, en el gobierno -2004-2020-, prácticamente, se abandonó la vida orgánica-institucional del partido y que, post 2001 -VI Congreso-, los que se celebraron fueron de liturgias y posposiciones de sus resoluciones, e incluso -del VI-, la más trascendentes: la transición partido de cuadros a partidos de masas -solo de masas para ganar elecciones; pero, de cuadros para la cúpula replegarse después de cada triunfo electoral- y la categoría o diferenciación estatutaria, o letra muerta, entre militante y miembro.

Ahora, de cara al IX Congreso ordinario “José Joaquín Bidó Medina”, ojalá la excusa, no explícita, no sea hacer oposición ya que el partido no está en el poder, lo cual no dejaría de ser otra excusa, pues aunque fue necesario responder la reciente acusación del actual gobierno al Comité Político, se hace más que obligatorio centrarse en los trabajos y tareas del Congreso en el entendido, cierto, de que tiempo habrá -ya el partido renovado y armado en término de línea política, doctrinaria, ideológica, estatutaria y de relanzamiento- para hacer oposición constructiva, crítica, de contrapeso o, como el actual  gobierno la prefiera…..

Sin embargo, y volviendo al tema: el IX Congreso del PLD, conviene que la cúpula de ese partido -al que pertenezco- tenga claro algunos puntos definitorios y que, de no tomarse con la debida importancia, podría caer en situaciones impredecibles: a) que la democracia interna no se discute ni se regatea, b) que las causas de las dos derrotas -la municipal y la presidencial-congresual- deben quedar  bien analizadas en todas sus aristas y responsabilidades, c) que no es posible ni conveniente que todo permanezca igual a nivel del Comité Político, Comité Central y Secretariado, pues urge “Sangre nueva“ o, por lo menos un resultado o balance generacional y de compromiso partidario de mérito -ganado en el trabajo político-, fidelidad y trayectoria probada, d) antes de celebrar elecciones para elegir las nuevas autoridades partidarias se hace impostergable un padrón de militantes-miembros y, además, desterrar dos ficciones: Comité Intermedio y Comité de bases (mayoritariamente engaños-cabezones); y e) reconectar partido-sociedad y desterrar las suplantaciones orgánicas-institucionales -sobre todo, Comité político vs. Comité Central, a menos que este IX Congreso instituya, estatutariamente, que el Comité Político, no el Central -como hasta ahora-, “…es la dirección o instancia superior del Partido después del Congreso”. 

Por último, si se quiere llevar a cabo un Congreso renovador, crítico y autocrítico, que es lo que se espera y aspira, deberían fluir con más agilidad y a tiempo: los documentos temáticos para que las plenarias sean verdaderos escenarios de debates, propuestas, contrapropuestas, y consensos, pues no creemos que, en el PLD, en ninguna de sus etapas, alguien quiera o tenga vocación de borrego. O por lo menos, y que conste, yo no.

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Francisco S. Cruz

El autor es escritor y político

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