La categoría “principal líder opositor” no se decreta
Por: Francisco S. Crúz
Ahora el PRM y su periferia política-periodística-mediática -ya desarticulada y desvencijada por la “jubilación” transitoria de sus armadores (Juan Bolívar Diaz -embajador-España-, Andrés L. Mateo -Embajador-UNESCO-, PC-Ongs y otros de bajo perfil)- pretenden decretar o vender que su aliado devaluado -Leonel Fernández- es, por conveniencias y estrategia, el “principal líder opositor” a partir de una jugada política y de otra inconstitucionalmente-chueca: a-política) darle la presidencia de la JCE a un “independiente”-leonelista y b-inconstitucional) pretender asignarle “segunda mayoría electoral” a FP o Fupu -como le llaman popularmente a la entelequia del expresidente, por ser el producto de una transacción que ni siquiera su antiguo dueño, González Espinosa, se enteró cuando su franquicia cambió de nombre-. Esto, amén, de un canto de la sábana -llámese ministerio público-, también, en mano del tránsfuga.
Sin embargo, esa estrategia -la de imponer a la fuerza y como sea al tránsfuga mayor- obvia varios axiomas universales de la política y el poder: se construye “mayoría electoral”, pero jamás se decreta liderazgo ni mucho menos quién, en una coyuntura dada, juega el rol -real-político- de “ principal líder opositor”; y, en este caso, dos razones objetivas imposibilitan ese objetivo-impostura del PRM: 1) el tránsfuga no pudo construir “mayoría electoral” -peor, en octubre-2019 sacó el 47% de los votos (primarias-PLD); pero -y en caída libre-, en julio-5 (elecciones presidenciales), descendió al 5.69%-, y b) Leonel Fernández, hoy, es, a la vista de todos, un vagón-bisagra del PRM, y reo, de confianza, para fines políticos-estratégicos: tratar de drenar al PLD.
De modo, que si bien al expresidente le queda algún rejuego o maniobra en el ajedrez político nacional le viene de dos condiciones: la de expresidente -que, en nuestra cultura presidencialista, arrastra alguna simpatía-agradecimiento- y una herencia política-ideológica, por cierto, muy disminuida (tanto que ni el 5% logró), la de heredero político-ideológico de Joaquín Balaguer y su escuela de chicanas y marrullerías. Y como es fácil deducir, ambas condiciones, no les dan, en término político-electoral, para representar ese rol-papel que el PRM y su gobierno le quiere decretar….
Empujar y jugar a esa estrategia encierra, en el fondo y la superficie, una suerte de complejo de avestruz de parte del PRM, pues implica ignorar, o hacerse el loco, frente a dos realidades: el PLD es, por decisión libérrima expresada en las urnas, la segunda fuerza electoral y, por vía de consecuencia, el principal partido opositor -que, quiérase que no, tiene un líder: Danilo Medina-; y segundo, aupar a Leonel Fernández -asignándole la categoría de “principal líder opositor- es una ruleta rusa, pues, desde ya, el PRM decidió enfrentarse adentro por un “líder-tránsfuga” que no tenía de otra en su odio-encono y busca de resguardo….
Ya veremos, enero-2021, o quizás antes, quién, realmente, es el “principal líder opositor”: si un decreto-deseo -estrategia política-mediática- de conveniencia coyuntural o, una realidad política-electoral, como el PLD y su líder -más los aspirantes presidenciales que se perfilen- que si sabe construir “mayoría electoral” y un legado de realizaciones imposibles de borrar….
Finalmente, creo, que, con Leonel Fernández de aliado, y hasta donde lo quieren elevar, el PRM está labrando su propia división interna; ahora soterrada; más tarde, brutal y fratricida, y, de paso, subestimando-desafiando, cual imberbe avestruz, a dos viejos zorros… (Pero eso, a mí, no me importa. Solo lo registro).
Francisco S. Cruz
El autor es político y ensayista